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Que no se enoje Claudia con mi valla


Hace ya muchos ayeres, en la entrañable Tijuana. El querido amigo periodista de Radio Bilingüe Marco Vinicio Gonzalez me hizo el gran favor de llevarme en su carro desde San Diego, para hacer el recorrido al revés, de Estados Unidos al lugar donde empieza la patria.


En el Cecut, mi antigua editorial me organizó una linda retrospectiva y presenté la novela La lágrima, la gota y el artificio. En aquel entonces hablé de las trampas de la fe a Octavio Paz y recité a Sor Juana de memoria para anunciar la librería que amablemente me invitaba.


(Que no se enoje Claudia con mi valla. Explíquenle que es de hace mucho, pagada por una empresa editorial privada, no por el moche al salario de los burócratas, como hacen algunos...)

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