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DIEZ COSAS QUE DEBES SABER SOBRE UNA ACCIÓN DIRECTA PACÍFICA EXITOSA

1. Las acciones directas pacíficas sirven para protestar en ciudades y momentos bajo extrema vigilancia policíaca militarizada, presencial y ciberespacial (drones incluidos), para combatir mediáticamente, de manera exitosa, por unos cuantos minutos,  a multimillonarios sistemas de propaganda política con desbordada desinfodemia, controlada desde aparatos de Estado aparentemente invencibles, que dominan a un pueblo aparentemente homogeneizado y sometido, que harían parecer la novela 1984 de Orwell mero costumbrismo o cuento infantil.

2. Están encaminadas a romper el cerco informativo y utilizar los mismos medios de comunicación estatales y comerciales que fueron convocados a cubrir una mentira, forzándolos a hablar en su cobertura noticiosa del «incidente» que arruinó o perturbó el teatro político y reveló las noticias que nadie está cubriendo.


3. Parecen simples, pero en realidad están organizadas por colectivos muy bien coordinados y democratizados a los que los sistemas de vigilancia y represión policíaca no pueden quebrar fácilmente. «Coordinado» no quiere decir «numeroso»: las acciones directas pacíficas pueden ser emprendidas por unas cuantas personas que saben lo que hacen y por qué lo hacen, bien enteradas de la importancia y urgencia del mensaje que transmiten. Lo que se requiere no es necesariamente que sean muchos, sino que estén bien informados y habituados a desobedecer órdenes injustas o absurdas o engañosas. Que sepan pensar por sí mismos, pero también actuar en colectivo para proteger a sus compañeros y compañeras sin emprender acciones que no han sido acordadas por todas y todos en el momento de mayor visibilidad y peligro. En los grupos de acciones directas, cada quién tiene una tarea específica y diferenciada qué cumplir, encargada y acordada por consenso, pero con un mensaje unificado, que se puede detallar y documentar si da tiempo, pero no cambiar en su esencia. Por ejemplo: en una acción donde se acordó que se desplegará una manta gigantesca y se efectuarán actos de acrobacia circense, no todos los participantes son acróbatas de circo, ni todos son pintores de mantas, ni todos son maestros albañiles que saben cómo montarlas, pero todos van a decir lo mismo que se acordó. Lo mismo funciona a la inversa: los que no saben acrobacia ni diseño ni albañilería, no se ponen a darles órdenes de cómo hacerlo, pues entienden que deben respetar las destrezas y confiar en lo que cada quién sabe hacer bien.

4. Las acciones directas pacíficas dificultan las posibilidades de encontrar pretextos legales para la intervención inmediata de la policía militarizada y la represión. Esto no quiere decir que no habrá una reacción para tratar de silenciar la protesta, primero, por parte de oficiales de seguridad encargados de mantener el orden en el lugar o la propia policía militarizada para encarcelar a las y los protestantes, pero la acción dentro de la legalidad posterga y complica las diferentes respuestas posibles.

5. Las acciones directas pacíficas siempre cuentan con la soberbia del poderoso para usarla a su favor. No hay oligarca, político militarista o militar aspirante a dictador, o dictador, que no sea frívolo, pues para ser injusto se requiere cada vez mayor insensibilidad y falta de empatía. Mientras más totalitario y propagandístico se vuelve un régimen, más ocasiones encuentra para celebrar sus glorias: fiestas en privado y en público, bodas, padrinazgos, monumentos a sí mismos, libros, películas de autoconsumo (mal llamadas «documentales», pero donde sólo hablan ellos y quienes les sirven), actos de premiación, ceremonias de legitimación, exposiciones sobre sí mismos y, sobre todo, banquetes.

6. Las acciones directas pacíficas siempre cuentan con un eficaz equipo de investigadores para detectar quiénes son los facilitadores de esos eventos, pues la gente más servil y ambiciosa es también la más descuidada, y es la que siempre proporciona la mejor forma de ingresar al evento, comprando boletos de entrada o disfrazándose de invitado.

7. Las acciones directas pacíficas muchas veces requieren comprar boletos de entrada caros o ropa cara para poder entrar sin ser vistos a los banquetes, galas o fiestas de las oligarquías donde se va a llevar a cabo la acción directa, así como para comprar los materiales que se usarán y el tiempo de varios trabajos. Para ello cuentan con donaciones financieras solidarias. No aceptan donaciones de ningún partido político, o político, o institución, o empresa que forma parte o quiere formar parte o formó parte de lo mismo que critican, pues eso anularía el mensaje que se quiere transmitir (por ejemplo, en México, el expresidente Calderón y cualquier expresidente, no es “la oposición”, ni la solución, sino parte del mismo problema que quiere seguir siendo gobierno). Además, los fondos son manejados de manera totalmente transparente y consensuada, bajo el acuerdo de todos y todas, y se ponen a manos de una comisión de recursos que tiene que rendir cuentas de todo y a todos.

8. Las acciones directas pacíficas no se pueden dar el lujo de consumir drogas o alcohol, pues eso da muchos pretextos para reprimir y anular o tergiversar el mensaje que se quiere transmitir.

9. Todos los participantes de las acciones directas pacíficas conocen al detalle un mapa del lugar que van a intervenir, proporcionado por su equipo de investigación, y de las vías por donde pueden escapar. Los mejores equipos de acción directa han visitado antes el lugar, lo han inspeccionado e incluso se han hecho «amigos» de los guardias o encargados de dejarlos pasar.

10. Todas las acciones directas pacíficas cuentan con un encargado o encargada de videograbar, tomar fotos y difundir en redes la acción, el o la cual no debe ser identificada como parte del grupo de acción directa —aunque lo sea—, que llega antes o después, por otra puerta y vestido de otra manera.


*Fuente: Mi experiencia colectiva como parte de bastantes acciones directas pacíficas exitosas. Para más informes o recursos para crear o participar en un grupo de acción directa antisistémica: otroslibros@otroslibros.com


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