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Ayer me pregunté


Ayer, inevitablemente, me pregunté en quién me habría convertido si hubiera renunciado a mí misma y hubiera aceptado seguir trabajando como si nada con estas mujeres, aún cuando pusieron su voz al servicio del perverso López Obrador...




Tendría, supongo, millones de seguidores (que no lectores) e incontables defensores incondicionales (que no críticos). Millones de personas dispuestas a repetir lo que les digan sin pensar...









No, bueno, por supuesto que prefiero a mis lectores. Especialmente este sábado que estoy terminando la actualización en inglés de una obra teatral que escribí hace unos años sobre el arte de discernir...




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